viernes, 6 de marzo de 2009

La Magia De Brasil En Lima Peru

Es muy común que cuando alguien encuentra ofrendas de animales muertos, bebidas, velas y cuentas de colores por la calle, o que cuando se tiene noticia de ritos con música fuertemente ritmada, ropajes de colores, bailes exuberantes y otros aderezos semejantes, se refieran rápidamente los sucesos a "los umbanda", denominación contemporánea de lo que hace algunos años solía conocerse genéricamente también como "Macumba".

Los periódicos y revistas de circulación masiva entre los sectores más populares, están llenos de avisos de Pae's y Mae's que se ofrecen para destrabar caminos, atar corazones, realizar trabajos, etc.. En ellos se habla, de igual modo que en muchos programas de radio y televisión, de "religiones africanistas". Claro que a veces estas presentaciones toman un sesgo más sofisticado cuando se prefieren denominaciones como "mentalista" ó "parapsicólogo"

"Macumba", "Africanismo", "Umbanda", son denominaciones que habitualmente se suelen emplear para referirse a un pluriforme universo de cultos y rituales que reconocen en general su origen en las religiones animistas africanas pero que han llegado a nuestras tierras de la mano de la larga y dura historia de los esclavos traídos por los barcos de mercaderes a las orillas del Brasil durante cientos de años.

De la mano de la globalización, nuestro conocimiento de las variantes semejantes que se encuentran dispersas por el continente americano se ha acrecentado, y ahora escuchamos mencionar también a la "santería" norteamericana, el "vudú" haitiano, el culto "yoruba" cubano... todos rituales emparentados en el origen africano, aunque claramente diferentes de los cultos afro-brasileros.

Es por todo esto que nos ha parecido conveniente referirnos a ellos de un modo genérico como 'ritos afro-brasileros', aunque el rito más difundido entre nosotros por ahora es todavía el Umbanda.
Divinidades

Se suele presentar el panteón de las divinidades umbandistas, como organizado en 6 "líneas":

Línea de Oxalá / Línea de Iemanjá / Línea de Oriente / Línea de Oxôssé / Línea de Ogum / Línea Africana

Las entidades que agrupan estas líneas pertenecen a tres categorías diferentes:

Los Orixás, son de suyo entidades animistas, intermediarias entre la divinidad suprema (Olorum) y los hombres, aunque al ser confundidos con los santos católicos en el proceso sincrético parecen representar a poderes del plano moral antes que a fuerzas de la naturaleza propiamente hablando

Los Caboclos, que son espíritus de amerindios muertos.

Los Pretos Velhos, que son espíritus de esclavos africanos.



Caracterización de algunos orixás

Bará:

Algunos lo consideran el más humano de los orixás ya que no es ni completamente malo ni completamente bueno. Se lo caracteriza como dinámico, jovial, en movimiento.

Es el guardián de los templos, las casas, las ciudades y las personas; intermediario entre los hombres y las divinidades, debe ser objeto de ofrenda antes de comenzar cualquier actividad para que abra los caminos, ya que es el "dueño de los caminos y las encrucijadas".

De acuerdo a cómo sea tratado, él podría "cerrar" o "abrir" los caminos de las personas, dificultando o facilitando sus vidas.

Ogum:

Se lo invoca como el dios de la guerra, de las artes manuales y del hierro. Por esto mismo lo consideran el protector de los herreros y de todos los que de algún modo usan habitualmente objetos construidos con este metal: agricultores, cazadores, carniceros, escultores, etc..

Se lo considera como de temperamento violento, lo que se expresa en su danza propia.

Por su cualidad de guerrero, se lo invoca para solucionar cuestiones pendientes y pleitos.

Yansá:

También denominada Oiá, es considerada la divinidad de los vientos, las tempestades, los rayos y los remolinos. En la cosmogonía africanista, Yansá fue la primer mujer de Xangô, de temperamento ardiente e impetuoso.

Las personas que se dedican a su culto, son de sexualidad intensa y asumida, pudiendo envolverse frecuentemente en aventuras pasionales.

Xangô:

Es considerado el orixá de la justicia. Poderoso e impulsivo, es fácilmente irritable; castiga a los malhechores, los mentirosos y los ladrones.

Esta divinidad en particular presenta una dualidad: El joven "Aganjú", señor de la justicia. El viejo "Godô", dueño de la ley y patrono de los intelectuales.

Las personas a él dedicadas deben ser voluntariosas, enérgicas, conscientes de su importancia y de sus obligaciones, con un profundo y constante sentido de justicia. Han saber comportarse con severidad, o con benevolencia según corresponda.

Odé y Otim:

Se trata de una pareja de orixás, que vive en los bosques cazando, por esto mismo son los protectores de los cazadores en sus expediciones.

Forman una pareja inseparable, allí donde está uno está el otro. Según la mitología yoruba, Odé es quien caza, pero experimenta una gran compasión por los animales, por lo que regala el producto de su tarea a su mujer, Otim, quien se los devora totalmente y por eso es obesa.

Sus "hijos" o fieles, son personas despiertas y con iniciativa, gustosos de descubrimientos y novedades.

Ossanha:

Es considerada la divinidad de las hojas y las plantas medicinales. Es el orixá "médico" por ser conocedor de la cura a través de las plantas.

Es invocado en casi todos los trabajos para alcanzar la salud.

Es patrono de los lisiados por tener sólo una pierna. Los devotos de Ossanha, son personas de carácter equilibrado, que controlan sus sentimientos y emociones, y no son influenciados fácilmente por opiniones ajenas o por acontecimientos circunstanciales. Son personas creativas y persistentes.

Omolu:

Es el orixá de la dolencia, la enfermedad. Su figura y sus ritos etán rodeados de misterio, a punto tal que para algunos su sola mención en un riesgo.

Se le atribuye el control sobre las enfermedades, especialmente las epidemias, teniendo tanto el poder de causarlas como el de curarlas. En general se le asigna a su poder un carácter colectivo. Se lo considera como viejo, inoportuno, rezongón y vengativo.

Sus fieles son personas solitarias, introvertidas, con gran celo por su intimidad y austeros.

Obá:

Orixá femenino muy fuerte y enérgico, capaz incluso de desafiar y vencer a orixás masculinos en diversos enfrentamientos.

En la mitología umbandista fue la tercer mujer de Xangô; surgiendo de aquí una gran rivalidad con Oxum, porque esta era linda, joven y vistosa, mientras que Obá era mas vieja y no daba importancia a su apariencia.

Obá posee pocos "hijos", por lo que sus devotos sueles ser considerados personas valiosas e incomprendidas. Son gente que busca el suceso material con gran avidez y cuidado para no perderse nada, garantizando así una cierta compensación por sus frustraciones.

Oxúm:

Esta orixá, sería la dueña del oro, de la riqueza, de las aguas dulces. Patrocinadora de los negocios y de la fecundidad. Por esto, las mujeres que desean quedar embarazadas o tener un embarazo sin problemas recurren a la Madre Oxúm. Es la divinidad de los ríos y aguas dulces.

Oxúm confiere a sus "hijos" un temperamento dulce y gracioso, los dota de elegancia y gusto por las joyas y perfumes. Suelen ser personas preocupadas por la opinión pública, que se presentan siempre con un halo de calma y tranquilidad.

Iemanjá:

Considerada como dueña de los mares, es homenajeada especialmente por quienes dependen de las aguas para su subsistencia: pescadores y marineros.

Sus imágenes suelen mostrar su aspecto de matrona, de senos voluminosos, símbolos de maternidad fecunda y nutritiva.

Gusta de ser respetada; pero cuando por algún motivo ha sido incomodada, no se manifiesta vengativa sino que perdona fácilmente, pero es tolerante sólo hasta cierto punto.

Los "hijos" de Iemanjá son fuertes, altivos, vigorosos, y en algunas oportunidades impetuosos y arrogantes; fácilmente irritables, cambian de humor de un instante para el otro; son capaces de perdonar una ofensa pero no de olvidarla. Son serios, maternales y preocupados con los otros.

Oxalá:

Oxalá es considerado como el "Padre de Todos", y según la cosmogonía umbandista, es el orixá más viejo ya que fue el primero en ser creado.

Este orixá transmite a sus hijos sus características más elevadas: calma, respetabilidad, fuerza de voluntad y confiabilidad; es difícil que la opinión de otros los haga cambiar de opinión o estrategia, y aceptan plenamente las consecuencias de sus decisiones.

Denominación
Simbología
Imagen católica

Bará
Símbolo llave
Color rojo
Fuerza que refiere: movimiento, comunicación.
San Antonio

San Pedro

Exú
Mensajero entre los hombres y los orixás
Diablo

Ibejí
Protector de los gemelos
San Cosme y San Damián

Iemanjá
Símbolo áncora, barco, pescado.
Color azul celeste
Fuerza que refiere: maternidad.
Stella Maris

Inmaculada Concepción

Ifa
Don de adivinación
Espíritu Santo

Obá
Símbolo cuchillo
Color rosa
Fuerza que refiere: fortaleza
Santa Catalina

Ogum
Símbolo espada y lanza
Color rojo y verde
Fuerza que refiere: la guerra, artes manuales
San Antonio (Bahía)

San Jorge (Río)

Ossanha
Símbolo muleta y hoja
Color verde y amarillo
Fuerza que refiere: salud
San Roque

San José

Omolu
Símbolo: escoba y pilón
Color negro o marrón
Fuerza que refiere: enfermedad, epidemia
San Lázaro

Oxalá
Símbolo bastón, ojo, paloma
Color blanco
Fuerza que refiere: vejez, sabiduría, paternidad
Cristo

Señor del Bom Fim

Oxossi
Dios de la caza
San Jorge (Bahía)

San Sebastián

Odé y Otim
Símbolo Odé: arco y flecha
Otim: cántaro
Color azul marino y blanco
Fuerza que refiere: caza
Odé: San Sebastián

Otim: Santa Efigenia

Oxum
Símbolo espejo, oro y dinero
Color amarillo
Fuerza que refiere: riqueza, negocios
Inmaculada Concepción

Ntra. Sra. de los Dolores

Pompa gira
Exú femenino
Diablesa

Xafera

San Benito

San Roque

San Lázaro

Xangó
Símbolo hacha y balanza
Color rojo y blanco
Fuerza que refiere: intelectualidad y justicia
Aganjú – San Miguel

Godô - San Jerónimo

Yansá
Símbolo espada, estera
Color rojo y blanco
Fuerza que refiere: guerra y sensualidad
Santa Bárbara


Nunca aclararemos lo suficiente que, dado el carácter sincrético de estos rituales y su desarrollo paralelo en diferentes regiones, las denominaciones, atribuciones y simbolismos no son de ninguna manera unívocos, sino que por el contrario, deben rectificarse en cada caso particular.

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